MARGARITA SALAS.
Ayer falleció la eminente
científica Margarita Salas. La noticia apenas ha tenido repercusión en los
medios de comunicación, porque todos estamos inmersos en el fangal del panorama
político. Ni siquiera los líderes y lideresas de los partidos que hacen bandera
del feminismo, han hecho referencia alguna, pues están enfrascados en la lucha
contra la derechona, que amenaza con fabricar la bomba atómica. Aunque quizá
sea que no perdonan que Salas fuera marquesa.
Pero no hay que preocuparse. En
estos precisos momentos, en alguna parte, una niñata ociosa, que no ha cogido
un libro en su puñetera vida, prepara una performance para mostrarse en un
espacio público. Se exhibirá embadurnada de rojo sangre y con las domingas al
aire, con el fin de dar visibilidad a las mujeres, denunciando la opresión que
sufren a manos del sistema heteropatriarcal. Con toda probabilidad, los medios
de comunicación darán más repercusión a la performance de la niñata, que a los
logros, oficialmente reconocidos por la comunidad científica, de la eminente
investigadora.
Que descanse en paz Margarita
Salas, y mi reconocimiento y admiración por su labor científica de la que todos
nos beneficiamos, incluida la niñata de la performance.
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