jueves, 12 de julio de 2018


CARTA A MIS AMIGAS DE FACEBÚ.

Queridas amigas:
No estoy muy seguro de cómo abordar un tema que se me antoja delicado, teniendo en cuenta el grado de stress al que está sometida la sociedad debido a la pérdida de valores elementales, del sentido común y del sosiego; la sociedad ha perdido el norte. Pero lo voy a intentar.
Para empezar, y para que conste en acta, no soy persona que se dedique a piropear a las mujeres cuando pasan por mi lado, porque, para mí, el hecho de que sean unas perfectas desconocidas es suficiente como para establecer una distancia; confianzas las justas. Es más, cuando me presentan a una mujer, tiendo a dar la mano igual que hago con los hombres, aunque casi siempre ellas optan por acercarme la mejilla, de manera que les otorgo el derecho al ósculo por no ser descortés. Me gusta reservar los besos para la gente que quiero.
En cambio, admito sin reservas que a vosotras, queridas amigas del facebú, os dedico a menudo bonitas palabras alagando vuestra belleza, ya sea interior o exterior. No en vano, muchas de vosotras subís a vuestro muro bonitas fotos de vuestras bonitas personas, sin duda con el legítimo objetivo de ser admiradas, algo que corroboran vuestras respuestas cuando alguien, con independencia del género, os dice lo guapa que estáis. Hablando en plata, os encanta que os piropeen, entiéndase, siempre en un entorno en el que se ha establecido un vínculo de confianza, con lo que me reafirmo en lo que he dicho al principio, que la confianza hay que ganársela y que, desde mi perspectiva, no vale entrar en el muro de una desconocida y dedicarle sin más, aunque sea el más delicado de los piropos.
De todas formas creo que habría que repasar el significado de esta palabra tan bonita en sí misma… piropo.
Piropo: 1 palabra o expresión de admiración, halago o elogio que se dirige a una persona.
2 Variedad de granate, de color rojo fuego, muy apreciada como piedra preciosa.
Leído así, no parece que sea algo terrible, me preocupa más la palabra insulto. Sin embargo me encuentro con una noticia que me inquieta, y es que, determinado partido político, muy dado a pescar en aguas revueltas, propone multar por piropear, sin embargo no objeta nada en cuanto a lo de insultar se refiere.
Así pues, y volviendo a mi relación cordial con vosotras, queridas amigas del facebú, me veo en la encrucijada de seguir con la misma dinámica de continuar piropeándoos por lo que hacéis, por cómo sois y por lo guapas que estáis, o cortarme un poco o un mucho, no sea que la nueva inquisición me señale y acabe siendo denunciado por alguien despechado, que no necesariamente tiene que ser mujer, porque a mis amigos del alma también les resalto lo guapetones que están, incluso cuando son feos de cojones.
Pero sabéis qué, nunca me he caracterizado por recular ante nadie, nunca me he sometido a la fuerza de nadie, y esta vez no va a ser diferente. Yo seguiré alagándoos, elogiándoos, admirándoos, piropeándoos, aún a riesgo de que las hordas me lleven a la hoguera. De otro modo, ¿Qué sentido tendría que subieseis esas fotos coquetas, esos selfies como se dice ahora, en los que mostráis lo bien que os sienta tal o cual abalorio, o simplemente, el sol en la cara? Sois todas guapísimas, que me lleve el diablo… y vosotros, guapetones, y vosotros, aunque seáis más feos que pegarle a un padre.

PD: Valoraría más que multaran a quien me insulte, que a quien me alague dentro del decoro y el respeto, pues incluso el piropo se rige por unas normas, otra cosa sería babear y acosar. Nunca me he sentido ofendido, ni cuando me ha piropeado una mujer, ni cuando me ha piropeado un hombre, que también. Sin ir más lejos, lo hizo uno hace poco cuando me compré un traje de chaqueta… que buena percha tienes, me dijo. Me ruboricé, pero no me sentí ofendido, todo lo contrario. Joder con la posdata.

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