Joder con los archivos fotográficos. Puerto de Bonanza 2001. Anda que no le metí caña a esa Totoyota. Perdí la cuenta de los cabrestantes, maquinillas y artes de pesca que moví con esa carretilla elevadora. El puertecito ya se las traía por aquella época con el tema del narcotráfico. A pesar del ambiente chungo que se respiraba y de que allí no partían peras con nadie, me llevé muy bien con el personal del puerto, aunque algunos recelaban un poco porque pensaban que era un policía infiltrado. Me respetaron sobre todo el día que socorrí a un mecánico que perdió los cuatro dedos de una mano, aplastados por una maquinilla suspendida de una grúa... qué carnicería, y cuanto marinero aguerrido descompuesto. Qué personal más peculiar.
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