viernes, 20 de abril de 2012

EL GATO DEL CONDE DE BRISSAC

No sé si sería el gato del Conde, pero el caso es que por allí andaba, rondando y ronroneando por los jardines del château con ademanes de aristócrata. Se dejó acariciar con indiferencia, como noble que se deja besar la mano por un plebeyo en sumisa reverencia. Apenas rocé su noble cabeza, me presentó su noble culo para, supongo, largarme su noble tufarada, esa que largan los gatos para marcar el territorio…jodido gato.

Me acordé de Mit… era todo lo contrario que este… amable, negro y plebeyo como yo. Ay si hubiera estado Mit por allí, se iba a enterar ese gato aristócrata y estirado, blanco como la neige de los Pirinneés, por eso de estar en la France.

El gato aristócrata al parecer era de los de “fotos no” y se hizo de rogar el puñetero. Para atizarle esta toma me tuve que tirar al suelo hasta quedar por debajo de su nivel… es lo que toca cuando un plebeyo se topa con uno de la nobleza… No fue hasta entonces cuando pude fotografiar al gato albino de los cojones, el puto gato estirado del Conde… Así vengan los ratones de Monsieur Guillotiné y te corten el pelo al cero, minino arrogante.


5 comentarios:

  1. ¡Qué imaginación y capacidad "discurritiva", de discurrir, aunque no exista!
    Me cago en el gato del Conde.
    Si que se va a pegar la tontería, sí...

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  2. ¡Qué me vas a contar de los gatos si tengo tres, plebeyos y ex abandonados!sin contar los que vienen de fuera a zampar. Eso es lo que gusta de los mininos, su altivez y de rebote su amor sin tapujos e insumiso.
    Victor se c...en los gatos,yo los admiro pero dí que sí plebeyos y cercanos.
    Abrazos gatunos.

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    1. Bueno...admiro a los gatos y son mi animal de compañía preferido. Tuve uno...pero no hacíamos buenas migas porque él quería hacer lo que le daba la gana y yo no se lo permitía. Me arrepiento de mi actitud, porque yo soy más inteligente que el gato (o así se supone) y debía haber entendido al minino...pero joder, qué inteligencia tenía.
      En fin, divorciarse de mí es fácil. Debieron echarme un maleficio de niño. Algo así como..."jamás podrás querer a nadie".
      Ahora, cuando voy a casa de mi amiga, que tiene dos gatos, me encantan. Es como con los niños...me gustan los de los demás.

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  3. Un día subiré una foto del plebeyo Mit... era un gato cojonudo.

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