Los palmeros del sanchismo estarán aplaudiendo con las orejas, la iniciativa de promover la ley de marras para zafarse de las consecuencias de las investigaciones en curso, limitando los derechos que nos otorga el artículo 125 de la Constitución, en relación con la acusación popular de la que se valieron en su día para presentar la moción de censura contra el PP. Como ahora no les interesa, dinamitan el puente.
Lo que los idiotas chupa mítines
sanchistas no piensan, es que las tan temidas ultraderechas a las que tanto
recurren para inducir el miedo, probablemente acabarán arrebatándoles el poder,
y se valdrán de la simiente podrida sembrada por el amado líder socialista con
el apoyo condicional de sus socios, para jodernos a todos a base de bien.
Dicho de otra manera, a Sánchez le
importa un carajo el país, lo único que le importa es su entorno familiar y él
mismo. Está despellejando las instituciones promoviendo leyes a su medida, y
obligando a inmolarse a sus segundones en su propio beneficio. Es un dictador encubierto,
cual buque Q, que dice pretender salvarnos de caer en las garras del fascismo,
cuando en realidad los está alentando, y lo que es peor, los está dotando de
herramientas jurídicas que utilizarán en su propio interés, coartando nuestras
libertades en cuanto lleguen al poder, que lo harán.
Entonces se acordarán del artículo
125, de los indultos a los corruptos, etc. Pero a Sánchez le dará igual porque
se habrá marchado por la puerta giratoria de guardia, y disfrutará de los
réditos como conferenciante y de la pensión correspondiente a su cargo. Mientras,
muchos de nosotros, incluidos los idiotas chupa mítines del sanchismo, subsistiremos
con pensiones de mierda, si es que llegamos a cobrarlas.
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