Cuando el cuidado de las amistades
se limita a regar la relación con vino, a engordarla con viandas y a realizar
selfis para subirlos a las redes sociales, acaban volviéndose vacías de
contenido.
Una vez perdida la esencia que hubiera podido existir en el
pasado, si es que realmente la hubo, es mejor desvincularse, sobre todo si solo
se acuerdan de Santa Bárbara cuando truena, o hay ganas de cenita para dar rienda
suelta al postureo social.
Los tiempos cambian, por ende, las personas, salvo honrosas
excepciones. Estos tiempos no son los más propicios para el cultivo y el
mantenimiento de las buenas amistades, porque se están degradando los valores,
y con ellos, la integridad de las personas.
jueves, 9 de junio de 2022
SOBRE EL DETERIORO DE LA AMISTAD.
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