Los que necesitan fiesta permanente, y consumir y viajar compulsivamente, lo necesitan para llenar su vacío existencial. Les quitas la fiesta, el consumo y los viajes a granel, y no son nadie. Veréis qué panorama cuando el cuerpo no les resista más fiestas, o el bolsillo no les dé para consumo y viajes, y no sepan qué hacer con sus miserables vidas.
Los pollazepán van a correr como ríos de sangre para intentar contener los intentos de suicidio, y tendrá que cotizar la madre que los parió, si es que vive.
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