VOSOTROS SÍ, NOSOTROS NO.
Esta mañana tropecé en el
desayuno, con una imagen televisiva en el que se veía a los miembros del
gobierno haciendo piña en el hemiciclo. Literalmente. Todos muy pegaditos, hombro
con hombro, para dar sensación de solidez supongo.
Pero de nuevo me pregunto dónde
queda el ejemplo de lo que ellos predican/imponen al común de los ciudadanos,
en este caso, el distanciamiento social. Dónde queda el metro y medio de marras.
Simón recomienda no viajes, pero Simón, se va a Portugal cual teniente coronel
Kilgore, en plan me sobran cojones para hacer surf en esta playa. Simón
recomienda distancia social, pero sus colegas se apretujan en el hemiciclo para
parecer más grandes y más ruidosos que sus adversarios políticos. Todo sea por
la causa.
Ni qué decir que se lo pueden
permitir, pues a estos les harán las pruebas de control a diario. Pero sucede
que Simón dice que no es recomendable hacer pruebas de ese tipo a todo el
mundo, salvo para ellos, incluidos sus adversarios políticos, pues no nos
engañemos, van en el mismo barco, un crucero de lujo con todas las comodidades.
Pero a los que navegamos en un esquife, achicando agua como a quien lleva el
diablo para no hundirnos, que nos jodan.
Lo más preocupante de todo es
cuando Simón dice, y hay personas que aplauden con las orejas, tatuándose en
algunos casos su efigie en un muslo, que tiene miga la cosa. Aplauden diga lo
que diga, en un sentido y en el antagónico. Eso sí que es preocupante. Si Simón
fuese brújula… madrepariós, no íbamos a ganar para imanes para compensar sus
desvíos/desvaríos. Pero no olvidemos que Simón no es más que el mensajero, el
que recibe los tomatazos en la cara, o las simpatías de los de la fe
inquebrantable, capaces de perdonar una tras otra los desmanes su dios, por
temor a que venga el demonio.
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