HIPÓCRITAS CLIMÁTICOS.
Me hastía el asunto. Me exaspera
tanta sobreactuación, tanto histrionismo, solo de cara a la galería. Me resultan
de lo más frívolas estas “cumbres climáticas” promovidas por personajes que
viven por encima de lo sostenible. Y las reivindicaciones de una sociedad
hipócrita, que grita en las calles histriónicamente, mientras sostienen una
botella de plástico en la mano, para refrescar el gaznate.
A ver qué cojones me van a
inculcar personas como Nancy Pelosi, que llega a Madrid con una escolta de 24
vehículos, una señora, que será muy anti
Trump, pero que ha hecho fortuna invirtiendo en las petroleras. Qué me va a
enseñar la Baronesa Thyssen sobre vida sostenible. O el caradura de Sánchez, que
se va a los conciertos estivales en Falcon.
Qué me va a contar el
comprometido activista Pablo Iglesias, que se jactaba de vivir en Vallecas, y
ahora precisa de 2.352 m2 de parcela, y una casa de 268 m2
con piscina, enclavados en un paraje natural.
Qué me van a explicar todos esos
personajes del deporte y de la “cultura” que salen en los eco-spots, echándonos
una bronca por lo mal que lo estamos haciendo, cuando ellos viven de las
industrias que los esponsorizan -que en su mayoría fabrican en China- y no les
falta un perejil en su estilo de vida.
A ver si igualan lo nuestro. Y no
lo hago porque me considere un gurú del ecologismo, pues mi cuota de
culpabilidad la tengo más que asumida y no voy por la vida dando lecciones,
aunque esto lo parezca.
A ver si en sus casas por las
noches tienen encendidos exactamente, dos luces de bajo consumo, un ordenador y
una tv, aparte del frigorífico. El ordenador no siempre está encendido, pues lo
reemplazo por un libro. A ver si no encienden la calefacción en invierno y
tiran de mantas. A ver si no disponen de aire acondicionado en verano, en una
de las zonas más tórridas del país.
A ver desde cuándo no viajan en
avión. Yo hace 10 años, y las veces que viajé, mayormente por trabajo. Jamás he
hecho un crucero, ni pienso hacerlo aunque pudiera, porque odio los hoteles
aunque floten. A ver qué chef de estos que ahora se las dan de ecolo-cocinillas,
se las apañan para hacer, como hace Lobita, tortillitas de camarones sin camarones,
si aprovechan las sobras sistemáticamente.
A ver cuántos de estos
bocachanclas recorren 100 metros a pie para tirar los plásticos en el
contenedor correspondiente, y de paso, recogen la mierda que tiran vecinos insolidarios
¿La baronesa Thyssen?
Las naranjas las exprimimos a
mano, no nos hace falta un exprimidor eléctrico, ni fabricar una bicicleta
exprimidora de cítricos, como la que han expuesto en la cumbre. Y ya que
hablamos de bicicleta, la mía tiene 17 años.
Mi “nuevo” celular tiene dos
años. Un amigo lo tenía arrumbado en un cajón y me lo pasó, y yo le he devuelto
la utilidad durante el tiempo que me dejen las putas actualizaciones o la
batería. El anterior, también de segunda mano, me duró 5 años, pese a las
bromas de quienes me decían que cambiara de celular, porque no podía visualizar
no sé qué video o emotipollas.
A ver quiénes de estos
concienciadores nos iguala ¿Los colegas de Greta Thumberg quizá?
Podría seguir, pero no voy a
gastar más recursos. Solo decir que si los promotores de la cumbre tienen que
hacer algo, que lo hagan por videoconferencia, y que se apliquen el cuento.
Queda muy enfático echarle la culpa a la humanidad, como si quienes nos conminan
a cambiar de estilo de vida, fueran de otro planeta y se alimentaran de dióxido
de carbono, para reconvertirlo en oxígeno.
Me cabrea que derrochen recursos
en una cumbre de opereta, pudiendo emplearse de modo más efectivo. Me raya que
Madrid se pinte con luces verdes como “un guiño a la naturaleza” a costa de gastar energía y contaminar la
oscuridad de la noche, en vez de cambiar hormigón armado, por arboleda y
jardines.
Que os den, hipócritas climáticos,
y si las cosas se ponen jodidas para la humanidad y para otras especies, que se
adapten o que se mueran, incluido yo. A fin de cuentas siempre ha sido una de
las reglas fundamentales de la dinámica universal, adaptarse o morir, y si la
humanidad no es capaz de hacerlo, sobramos en el juego.
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