domingo, 23 de septiembre de 2012


PENSAMIENTOS DE MIERDA

Aquí ando, sentado en un banco y rodeado de basura.

La basura campa por su respeto, basura orgánica, inorgánica y la peor de todas, la basura humana. A fin de cuentas la basura la genera el ser humano.

Aquí ando, contemplando un mar de plásticos y detritus humanos, restos de vómito, peste a orín y alguna mierda emboscada en lo que antes era un jardín. Es un panorama que se asemeja a lo que hay a todos los niveles, por supuesto humanos.

Con tanta basura a mi alrededor, hasta los pensamientos se contaminan, y nada bueno puede esperarse de eso. El panorama apesta, el panorama desilusiona y aun así habrá quien diga que qué negativo suena todo. Sin duda lo dirán quienes no estén sumidos en la mierda, que no quita que la produzcan, o quienes se hayan adaptado a ella, que de todo hay.

Aquí ando, tratando de evadirme mentalmente, tratando de recordar tiempos mejores o intentando atisbar un futuro más prometedor, pero con tanta mierda a mi alrededor cuesta imaginárselo. La basura orgánica y la inorgánica, al menos puede recogerse, al menos puede reciclarse o incinerarse pero… ¿Qué hacemos con la basura humana?

La basura humana la constituyen aquellos que de entrada propician que la tierra esté llena de basura orgánica e inorgánica, pero también son aquellos que convierten el mundo en un infierno, con sus guerras, con sus abusos de poder, con su falta de respeto, su falta de consideración, su desprecio, su falsedad, su superficialidad… Tantos y tantos comportamientos deleznables que bien habría que tirar a un contenedor, mas, aun no se ha inventado planta recicladora que lo resista.

Aquí ando, intentando reciclar estos pensamientos de mierda que me han invadido, pero cuando solo te llueve mierda la cosa resulta harto difícil. Resulta tan difícil, que muchos sucumben  otras mierdas, como la droga o el alcohol, que a su vez propician la generación de más mierda. Resulta tan difícil, que otros se ponen en manos de limpiadores de mentes, limpiadores que intentan dar lustro a base de terapias y farmacopea a los cerebros ensuciados, psicólogos y psiquiatras que se afanan en retirar los desperdicios que se acumulan en algunos cerebros rendidos ante tanta inmundicia.

Aquí ando, a pesar de la mierda, con pensamientos de mierda pero entero en la medida de lo posible, esperando a que llegue el camión de la basura, la basura orgánica, la inorgánica y el camión de la basura que aún no se ha inventado, el de recogida de la basura humana, en el sentido del ser.

Menuda mierda de pensamientos, lo sé… pero es lo que hay, mucha mierda, demasiada.

 

viernes, 21 de septiembre de 2012


 

TOMA BRUTAL

Esta toma brutal del duro aterrizaje que experimentó Saray Chana, la joven componente del equipo X-treme, no hace más que reafirmar mi admiración por ella y por sus compañeros de equipo. En la vida cotidiana todos solemos tener algún tropiezo realizando actividades de lo más simple y no nos mortificamos por ello, en cambio sé de buena tienta que Saray se ha cabreado consigo misma después de realizar la toma y tiene la sensación de haber defraudado a su equipo y al público que estaba presente. Saray es una profesional de un deporte llevado al extremo y su nivel de auto exigencia también lo lleva al límite, que supera con creces los límites que  nos exigimos el común de los mortales.




 
Cuando el equipo de X-treme saltó, ya se había ocultado el sol, y para más pena, una formación nubosa disipó, más si cabe, las últimas luces del día. Saray fue la última en tomar tierra y realizó su vertiginosa aproximación a velocidades que rondan los 100 km/h como suelen hacer en cada una de sus actuaciones.

¿Qué sucedió? Saray fue victima de lo que los paracaidistas conocen como “fijación de claro oscuro” un efecto óptico que se produce cuando las luces son tenues como era el caso. Ese efecto produce una falsa percepción de la altura, mientras que el altímetro indica una cota, tus ojos te dicen lo contrario. Saray pegó contra el suelo antes de lo que esperaba y acabó dando una voltereta espeluznante, dramatizada por los botes fumígenos. A pesar del leñazo, Saray se levantó sin más, como una jabata, todo lo contrario de lo que hacen las megaestrellas del futbol, que se retuercen como parguelas en el suelo a menos que los rozan.

Al día siguiente volvieron a actuar, con unos cuantos pares de cojones y un par de ovarios, los de Saray, que realizó una toma impecable. Escuché a la gente de mi alrededor decir lo mismo que pensé yo… ahí está la chica, como si ayer no hubiera pasado nada, y no es de extrañar porque Saray tiene ya un palmarés impresionante.

Con todo, me han dicho que Saray anda de capa caída, que tiene la sensación haber decepcionado a sus compañeros y al público. Puedo entender que se sienta decepcionada consigo misma, porque su nivel de exigencia, como ya he dicho, supera la media, pero lo que si puedo asegurarle a Saray, es que a nosotros, lejos de decepcionarnos, nos ha despertado más admiración si cabe.

Pensé en no subir esta foto porque temía dar una impresión de deslucimiento de la actuación de Saray, pero finalmente he cambiado de idea. La razón es que quiero que seáis conscientes de los riesgos que corren estas personas, y de los retos físicos y emocionales que tienen que superar para deleitarnos los sentidos en sus actuaciones. También quiero que la vea Saray, que la mire como si nada, que la mire para que refuerce su confianza, porque eso para ella debe suponer un pequeño tropiezo sin importancia, y para nosotros, la toma de conciencia de que existe gente que realiza cosas excepcionales.

Yo he saltado en paracaídas, en automático, al medio día, cayendo a cámara lenta en un día de sol y moscas, y aun así, creyendo que caería sobre un césped bien cortado, engañado por mi percepción visual, acabé rodando sobre un trigal aún verde y todavía me salen granos de trigo por la nariz… aquello sí que fue patético.

Va por ti Saray.