PENSAMIENTOS DE MIERDA
Aquí ando, sentado en un banco y
rodeado de basura.
La basura campa por su respeto,
basura orgánica, inorgánica y la peor de todas, la basura humana. A fin de
cuentas la basura la genera el ser humano.
Aquí ando, contemplando un mar de
plásticos y detritus humanos, restos de vómito, peste a orín y alguna mierda
emboscada en lo que antes era un jardín. Es un panorama que se asemeja a lo que
hay a todos los niveles, por supuesto humanos.
Con tanta basura a mi alrededor,
hasta los pensamientos se contaminan, y nada bueno puede esperarse de eso. El
panorama apesta, el panorama desilusiona y aun así habrá quien diga que qué
negativo suena todo. Sin duda lo dirán quienes no estén sumidos en la mierda,
que no quita que la produzcan, o quienes se hayan adaptado a ella, que de todo
hay.
Aquí ando, tratando de evadirme
mentalmente, tratando de recordar tiempos mejores o intentando atisbar un
futuro más prometedor, pero con tanta mierda a mi alrededor cuesta imaginárselo.
La basura orgánica y la inorgánica, al menos puede recogerse, al menos puede
reciclarse o incinerarse pero… ¿Qué hacemos con la basura humana?
La basura humana la constituyen
aquellos que de entrada propician que la tierra esté llena de basura orgánica e
inorgánica, pero también son aquellos que convierten el mundo en un infierno,
con sus guerras, con sus abusos de poder, con su falta de respeto, su falta de
consideración, su desprecio, su falsedad, su superficialidad… Tantos y tantos
comportamientos deleznables que bien habría que tirar a un contenedor, mas, aun
no se ha inventado planta recicladora que lo resista.
Aquí ando, intentando reciclar
estos pensamientos de mierda que me han invadido, pero cuando solo te llueve
mierda la cosa resulta harto difícil. Resulta tan difícil, que muchos
sucumben otras mierdas, como la droga o
el alcohol, que a su vez propician la generación de más mierda. Resulta tan difícil,
que otros se ponen en manos de limpiadores de mentes, limpiadores que intentan
dar lustro a base de terapias y farmacopea a los cerebros ensuciados,
psicólogos y psiquiatras que se afanan en retirar los desperdicios que se
acumulan en algunos cerebros rendidos ante tanta inmundicia.
Aquí ando, a pesar de la mierda,
con pensamientos de mierda pero entero en la medida de lo posible, esperando a
que llegue el camión de la basura, la basura orgánica, la inorgánica y el
camión de la basura que aún no se ha inventado, el de recogida de la basura
humana, en el sentido del ser.
Menuda mierda de pensamientos, lo
sé… pero es lo que hay, mucha mierda, demasiada.
Aunque lo parezca, esto no es producto de una huelga de basureros, esto es mierda generada en una sola noche. Es un poco ilustrativo de lo que somos y de la educación que estamos dando a nuestros hijos. Es pa estar pesimista, paisa, no es pa menos.
ResponderEliminarChapó a tu texto y a tu peaso foto. Besos.
Así es.
ResponderEliminarLa mierda orgánica es producida por cerebros inundados de mierda.
Supongo que siempre hemos sido así, lo que pasa es que nuestros antepasados no tenían tantos elementos disponibles al alcance de la mano.
Si vieras cómo quedan los parques de Alcorcón después del botellón... Igualito que esa foto que has sacado, pero en espacios bien amplios.
Los servicios de limpieza se afanan por las mañanas en recogerlo todo y vuelve a quedar limpio hasta el siguiente botellón.
Lo que yo haría es dejar de recoger la mierda y dejarla ahí. Ya veríamos si esos hijos de puta que van dejándolo todo por ahí tirado tenían ganas de volver a divertirse ahí y de ese modo.
En fin, un mundo de mierda, desde luego...aunque algunos digan que es una visión pesimista.
No llevamos toda la vida rodeado de mierda en todo los sentidos, solo tenemos que seleccionarla o eliminarla, pero nunca quedarnos con ella, porque de mierda desgraciadamente estamos más que harto, un saludo.
ResponderEliminarte leo, mientras escucho la música de la entrada de Víctor ( Llueve ),
ResponderEliminary bueno,
entre tanta mierda humana,
me alegro de seguir leyéndoos e imaginando seres dignos y aseados en lo que importa.
Abrazos