Este es un país de contrastes absurdos.
En algunas playas prohíben la práctica del
surf cuando hay oleaje fuerte. No veo el surf sin oleaje.
Surfistas muertos en España este año, no me
constan. Generalmente son deportistas habituados al medio y con cierta
progresión para lograr las habilidades necesarias para cabalgar las olas. A
pesar de ello, sin ir más lejos en Cádiz, la policía local ha llegado a
sancionarlos por practicar surf un día de oleaje de componente oeste, de los
que no arrastran mar adentro.
En cambio, en muchas localidades están
permitidos los festejos taurinos, no ya de toreo profesional, sino de estos en
los que se sueltan toros o vaquillas resabiados, que corren a tumba abierta por
espacios públicos no siempre bien acotados, animales que en algunas modalidades
llevan los cuernos en llamas. Y por delante o por detrás, los profesionales del
recorte de litrona en mano, incluso gente despistada que se mete en el callejón
equivocado. Muertos por esta modalidad de "deporte" amateur, siete en
lo que va de verano, sin contar con el agravio al que se somete a las bestias.
Pero estas salvajadas anacrónicas como las lapidaciones en público, son legales.
En fin, que no se entiende, o al menos no lo
entiendo yo, razón por la que cuando el toro arrolla estoy de su parte. A
diferencia de las olas, esas bestias colosales, sufren, y quienes se interponen
en su paso lo hacen porque quieren y con malas artes.
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